El bonsai de junípero es uno de los más indicados para aquellos que se inician en el cultivo del bonsái, no sólo por la belleza de las tonalidades de su follaje verde azulado intenso sino también por su resistencia, dureza y longevidad. Muy apropiada para diseñar bonsáis con maderas muertas.
Todos lo que hemos cultivado un Junípero admiramos su frondosidad. Es una especie relativamente fácil de cuidar, su amor por el sol y su poca susceptibilidad a plagas lo hacen una especie ideal para cultivar como bonsái.
¿Qué encontrarás aquí?
Características de los bonsáis juníperos
En el género juniperus encontramos especies a las que denominamos comúnmente «sabinas o enebros», que son coníferas arbustivas o arbóreas pertenecientes a la familia de las cupresáceas que engloba a más de 50 tipos de árboles distribuidos por todo el hemisferio Norte.
El tamaño de éstos árboles o arbustos en algunos casos varía desde los 15 hasta los 40 metros de altura.
De reproducción dioica (los sexos masculino y femenino están separados en individuos distintos), como defensa ante los herbívoros desarrollan espinas durante sus primeros años, mientras que los conos o piñas característicos del género por su aspecto redondeado se presentan en distintos colores desde el anaranjado hasta el azul y frecuentemente aromatizados.
De hoja perenne, en un mismo ejemplar podemos encontrar dos tipos de hojas: acículas juveniles y hojas adultas con forma de escama.
Generalmente encontraremos troncos sinuosos, de corteza rugosa y característica que lo hacen muy indicado para crear maderas muertas.
Acepta varios estilos de diseño: azotado por el viento, sobre roca, etc. Asimismo sus ramas son muy flexibles, lo que facilita el modelado y alambrado de las mismas.
La distinción en el nombre de debe a que los enebros mantienen el follaje espinoso de su juventud durante toda la vida de la planta, mientras que las sabinas sólo lo conservan durante la primera etapa de su vida.
Cuidados del junípero
Semisombra en pleno verano, el resto del año a plena exposición para crecer bien. Agradece la pulverización del follaje, sobre todo en las estaciones calurosas. Sustrato bien drenado, evitando en cualquier situación el exceso de humedad, , aunque por lo general toleran bastante bien la sequedad ambiental del verano.
Podas fuertes o estructurales, durante el invierno. Pinzado de los brotes nuevos para evitar el alargamiento excesivo de los mismos y la pérdida del diseño.
Hibernación del junipero
Los juníperos son resistentes y toleran aceptablemente el frío. Por debajo de -10 ° C, el juníperus debe resguardarse de esas temperaturas extremas y evitar que el agua de la maceta se congele.
En invierno, situaremos al bonsái de junípero al sol.
En la estación fría, las agujas se tornan de color marrón a marrón rojizo; Una protección del bonsái de la luz del sol en estado helado. Esta decoloración retrocede rápidamente en la primavera con el aumento de la temperatura y el aumento de la duración del día.
Trasplante
El trasplante en los árboles ya adultos y formados lo espaciaremos un mínimo de 4-6 años, debido a su lento crecimiento, no es preciso realizarlo con mayor frecuencia.
Los bonsáis en formación más jóvenes generalmente se trasplantarán cada 2-3 años. El mejor momento para trasplantar un bonsái es a finales del invierno, cuando comienza el movimiento de savia. Estas especies son sensibles a la pérdida de una cantidad excesiva de raíces al trasplantarlo.
Ser moderados con las tijeras.
Utilizaremos un sustrato bien drenante al agua y al aire, como la akadama.
Los suelos excesivamente finos y húmedos pueden causar daños en las raíces durante el invierno por las bajas temperaturas.
También vigilaremos el pH del sustrato. Si es demasiado ácido, el cultivo no irá bien. Tendremos que añadir cal para compensarla.
Formación y poda
Durante la formación de ejemplares jóvenes, para conseguir densificar las hojas de las ramas de forma rápida en esta especie, es recomendable dejar crecer y cortar los brotes terminales apicales, conservando íntegros los secundarios.
Éstos seguirán creciendo rápidamente y repetiremos el mismo proceso periódicamente consiguiendo con ello ramas densas de forma rápida.
El resto de las puntas de las ramas no las tocaremos para no ralentizar su desarrollo. Estos trabajos los realizaremos en todo el árbol para que no se produzcan desequilibrios entre unas zonas y otras.
Los juníperos poco vigorosos los dejaremos varios años incluso hasta que se recuperen completamente antes de trabajarlos, para no forzarlos.
En condiciones climáticas duras y regresivas o trabajos muy estresantes para el árbol éste se siente «agredido» y se «defiende» emitiendo ramificación juvenil de hojas espinosas/de espinas en vez de escamas adultas. No se deben hacer grandes trabajos, ni cortar más del 50% de la hoja o eliminar gran cantidad de raíces para evitar éste proceso regresivo.
Para visualizar de forma más gráfica el proceso de limpieza de las ramas en un junípero os dejamos éste vídeo perteneciente al canal dedicado al bonsái de David Cortizas.
No olvidar limpiar los juníperos de brotes que crezcan hacia el interior, en las axilas de las ramas o interior de las curvas, para facilitar la aireación e insolación.
¿Por qué es importante limpiar el follaje de los juníperos?
Sin embargo existe un tarea que se debe realizar con regularidad y en algunos cosas podría ser tediosa, pero absolutamente necesaria para lograr un cultivo adecuado; hablamos de la limpieza del follaje.
Si ya tienes un junípero dentro de tu colección probablemente has podido notar que las pequeñas hojas o escamas que rodean las ramas se van secando progresivamente con el tiempo.
Se trata de hojas viejas que llevan ahí ya un par de años. Estas escamas ya están secas así que no tienen ninguna utilidad para el bonsái. Por lo tanto es importante que eliminemos cada una de ellas hasta llegar a la zona verde de la rama. Así nos aseguramos un buena brotación, mejoramos el aspecto de nuestro bonsái y lo hacemos menos susceptible a que sea atacado por alguna plaga u hongo que quiera alojarse en esas escamas secas.
El trabajo de limpieza debe realizarse desde mediados del verano hasta principios de otoño. El proceso es bastante simple pero deber realizarse con paciencia.
Comenzaremos la tarea retirando las escamas desde la base una a una, tirando de las mismas hacia abajo, de esta forma se pueden retirar las escamas con mucha facilidad y sin esfuerzo. Puedes hacerlo con los dedos o con alguna pinza. En caso de hacerlo con tus dedos, manera tradicional, ten claro que te puedes pinchar en las yemas de tus dedos. Usando guantes, siempre que sean delgados y te permitan maniobrar con tus dedos evitarás esta desagradable e incluso dolorosa sensación. Si no usas guantes con el tiempo las yemas de tus dedos se endurecerán y los pinchazos pasarán inadvertidos.
A la vez que eliminamos estas escamas secas se deben suprimir todas las yemas que hayan brotado en las axilas de las ramas. Es importante eliminar estas yemas, ya que lo único que hacen es consumir los recursos de tu bonsái, y no tienen cabida en el diseño.
Aprovechando que estamos observando meticulosamente nuestro junípero con esta limpieza, es la ocasión propicia para eliminar tambien todas aquellas ramitas que bajan o suben directamente de las ramas y que van en contra del diseño.
Esta limpieza del follaje del junípero se debe realizar anualmente. Si pasamos demasiado tiempo sin realizarla comenzaremos a ver cada vez mas escamas secas, un follaje más pálido y una brotación poco dirigida que arruinará también el diseño predefinido.
Abonado
El abono se aplicará durante la etapa de crecimiento del árbol, no sólo para éste crezca adecuadamente sino también para densificar adecuadamente las ramas y copas de estos bonsais.
Complementariamente a un abono orgánico sólido que aporte los tres macronutrientes, NPK, incluiremos para el correcto abonado otros micro-elementos como boro, cobre, hierro, manganeso, zinc o molibdeno, además de otros nutrientes biológicos, como los extractos de algas que aportarán proteínas y minerales.
Reproducción
Se multiplican con relativa facilidad mediante esquejado, así como mediante semillas, que recogeremos en otoño, de conos maduros y que posteriormente estratificaremos previamente a la siembra en la primavera siguiente.
También admite realizar injertos en variedades más difíciles de reproducir sobre plantas obtenidas de semilla.
Puesto que la técnica de esquejado es la más habitual y exitosa nos extendemos ahora sobre su aplicación.
Esquejes de junipero
Escogeremos brotes sanos y jóvenes de un año con la base semileñosa y un tamaño no mayor de 15 ó 20 centímetros, asegurándonos siempre que queden varias yemas por encima del sustrato al plantarlos.
Si nos ponemos a esquejar en invierno, entre Octubre y Febrero, las estaquillas que cortemos deberemos protegerlas en invernadero durante todo el invierno.
Utilizando hormonas de enraizamiento favoreceremos la emisión de las primeras raíces. Una temperatura mínima entre 15º y 20º C constante durante las primeras semanas darán a los esquejes mayores oportunidades de éxito, así como mantener la humedad del sustrato en el que hayamos plantado las estaquillas y una iluminación constante y suficiente.
Pulverizaremos los esquejes regularmente con agua no calcárea, lo cual también influye positivamente a su enraizado.
Una vez que constatemos que han generado abundantes raíces, trasplantaremos cada esqueje exitoso a macetas individuales, labor que haremos a la primavera siguiente.
Enfermedades
Araña roja, e insectos chupadores de savia, como la cochinilla o el pulgón. También algunos tipos de larvas de polillas.
También pueden ser atacados por larvas de varias especies de lepidópteros, como la thera juniperata o la eupithecia pusillata, que se alimentan de la corteza circundante de las heridas del árbol.
También pueden verse afectados por roya y el llamado «amarronamiento de las coníferas«, enfermedad causada por un hongo.
En invierno, los juníperos cambiarán de color, no por enfermedad, sino porque entran en hibernación, cambiando el color del follaje del verde intenso habitual a un color grisáceo y apagado.
Como planta perenne que es, en invierno reducen su actividad y necesitan menos luz. Necesitan inhibir la luz que reciben para ralentizar la función fotosintética y su actividad vegetativa en general (fotoinhibición= reducir la luz que les llega para ralentizar la función fotosintética de la clorofila) .
Esto da paso a la sintetización de carotenoides, un pigmento vegetal de menor capacidad fotosintética que la clorofila, de tonalidad rojiza para «oscurecerse» y ralentizar su crecimiento. De ahí el color característico durante los meses de invierno.
Especies de juniperos
Dentro del género Juniperus, que conocemos comúnmente como sabinas y que comprende entre 50 y 60 especies distintas, destacamos por su interés en horticultura y forestación, así como para la creación de bonsais las siguientes a las que citamos a continuación:
juniperus communis – enebro común
juniperus squamata – enebro escamoso
juniperus rigida – enebro de las pagodas
juniperus oxycedrus – enebro rojo
juniperus oxycedrus ssp. macrocarpa – enebro marítimo
juniperus cedrus – cedro de Canarias
juniperus phoenicea – sabina negra
juniperus phoenicea ssp. turbinata – sabina mora
juniperus sabina – sabina rastrera
juniperus thurifera – sabina albar
juniperus pingii – pino loderi
juniperus virginiana – sabina de Virginia o enebro americano
juniperus procumbens – enebro llorón
juniperus procumbens nana o sonare
Juniperus chinensis, var itoigawa: de color verde brillante, espesan mucho el follaje.
juniperus simpaku, var sargentii (japonés)-hojas color verde azulado más clarito y finas que el anterior y más alargadas.
juniperus pfitzeriana (europeo); crece en altura.
juniperus variedad kishu (origen japonés).
Juniperus chinensis – enebro chino
De tamaño medio y por lo general de forma piramidal, crecimiento lento, pero muy resistente a el calor, el frío e incluso la falta de agua. Sus hojas alargadas son de color verde azul tirando a grisáceo.
El tronco y las ramas de ésta conífera son notablemente flexibles, y muestran una corteza rugosa de gran interés para el bonsái, por sus formas sinuosas naturales y sus maderas muertas también presentes en los ejemplares silvestres.
Cuidados: situaremos a pleno sol durante todo el día, -en verano atención a las temperaturas excesivas de mediodía- aunque también puede crecer bien en zonas de semi-sombras. Soportan temperaturas frías, incluso bajo cero.
No son exigentes en cuento al tipo de suelo, prosperándo bien tanto en suelos arenosos como calcáreos.
Los ejemplares adultos son considerablemente resistentes a la falta de agua.
Riego: la falta de agua puede inducir al juníperus chinensis a emitir hojas juveniles, de tipo de aguja en vez de escamas como las adultas.
Pinzado: despuntar los brotes nuevos según vayan apareciendo para no perder el diseño del bonsái, labor que se puede hacer directamente con los dedos, pellizcando el espacio entre escamas para no dejar a posteriori partes de estas cortadas por la mitad y que acabarán secándose dejando esas puntas secas características de un pinzado rápido y mal hecho.
La poda de ramas de grosos notable la realizaremos en invierno, con el movimiento de savia parado.
En cuanto a enfermedades y plagas, la araña roja y la cochinilla son las dos más frecuentes que nos podemos encontrar en nuestro bonsái juníperus chinensis.
Trasplante. A la hora de trasplantar tendremos las precauciones habituales de cualquier conífera; no eliminar todo el sustrato viejo conservando al menos un tercio del mismo, no eliminar tampoco más de 1/3 de raíces de una vez y compensar la pérdida de raíces con reducción de masa de verde, además de un sustrato suficientemente drenante.
La frecuencia será de 2 años en los ejemplares jóvenes en formación y más espaciados, en ejemplares adultos ya formados. Cuando el sustrato lo esté indicando.
Dentro de ésta especie tenemos varias subvariedades muy conocidas por su cultivo en bonsai, como son el bonsai juniperus chinensis itoigawa, juniperus chinensis stricta el juniperus chinensis shimpaku entre otras.
Preguntas frecuentes
- ¿Por qué los bonsáis de sabinas pueden brotar en forma de aguja?
Como se ha comentando con anterioridad, la forma habitual para distinguir entre los enebros y las sabinas es fijándose en qué tipo de hojas tienen, si es en forma de aguja, los primeros o forma de escama las segundas.
Pero en ocasiones nos podemos encontrar sabinas que también brotan con hojas en forma de aguja. ¿Por qué sucede esto?
Vale la pena recordar primeramente que se utiliza el término “enebro” como nombre común de los juníperos con hoja en forma de aguja.
Como ejemplos del género juníperus citaremos al enebro rojo o enebro de la miera en España peninsular (juníperus oxycedrus), que se distingue por las dos bandas de color blanco que tienen en el haz de las hojas frente al enebro común (juníperus comunnis), que sólo tiene una banda.
Como ejemplares de sabina podemos encontrar a la sabina negra (juníperus phoenicia), de porte medio y la sabina albar (juníperus thurifera) que alcanzan gran tamaño cuando son adultas.
La sabina en particular, (juníperus sabina) es una especie rastrera, que no supera el metro de altura y está muy demandada por los aficionados al bonsái.
En la Naturaleza podemos encontrar muchos árboles que en sus etapas juveniles tienen una brotación más áspera, emitiendo hojas con forma de agujas, a modo de un enebro.
La explicación es sencilla: se trata de un mecanismo de defensa contra herbívoros que quieran devorar sus hojas. Y esta adaptación la encontramos en las partes inferiores de los árboles, siendo las brotaciones en las ramas superiores las habituales.
Pero, ¿Por qué aparece éste tipo de hoja en nuestros bonsáis?
Si hemos realizado recientemente algún trabajo traumático, como podas agresivas, jins o sharis notables el árbol reacciona ante el daño infringido emitiendo éste tipo de hojas defensivas, que por cierto no son nadas apreciadas por los bonsaístas.
Para revertir éste efecto debemos esmerarnos en el buen cultivo y limitar al mínimo las podas o pinzados.
También se puede dar la circunstancia de que algunas especies puedan emitir hojas espinadas ante altos grados de abono nitrogenado.
Hola, hace mes y medio me regalaron un bonsai de juniperus oxycedrus, y empezó a secarse, lo puse en un lugar donde recibiese mayor cantidad de luz, lo aboné y lo he regado abundantemente pero no mejora. He pensado en trasplantarlo a una maceta de mayor tamaño ¿Qué puedo hacer? Gracias
Saludos:
Tanto juníperos como pinos (las coníferas en general), tienen la particularidad de que cuando muestras signos visibles de algún problema de salud ya es demasiado tarde para ponerle remedio.
Por ello tus empeños para ayudar al árbol no hacen más que agravar el problema; abonar un árbol enfermo o débil lo empeora aún más. El exceso de riego es lo peor que hay para los bonsáis en general y para las coníferas en particular y en cuanto al trasplante sólo se deben trasplantar árboles fuertes y sanos que aguanten bien la operación traumática que es en sí el trasplante y la consiguiente pérdida de raíces.
Sólo aconsejaríamos ponerlo fuera de la luz directa del sol, regarlo lo imprescindible (sólo cuando la capa superficial del sustrato esté completamente seca) y comprobar que no tiene ningún problema de parásitos u hongos que no hayas detectado (y en ese caso tratarlo con un insecticida o fungicida adecuado).
Tratándose de un junípero y puesto que el origen del problema esté seguramente en el sustrato o las raíces seguramente sería más efectivo un abono líquido foliar que un abonado sólido sobre el sustrato, ya que los juníperos se alimentan en un 80% a través del follaje.
Aún así nos tememos que quizás sea demasiado tarde para tu árbol. Suerte y un saludo.
verdebonsai.com
Buenos días maestro Jaime, .no sé si se acuerda de mí, soy el Dr. Kobashigawa, amigo del Dr. Enrique Castro, ud. Ha venido muchas veces a mi casa en Surco deseo comunicarme con Ud. para pedirle algunas especies que UD. Puede tener, tengo su teléfono de casa, es el mismo?? Tendrá un número celular, en qué momento lo llamo para conversar con Ud.