Una vez que el acodo ha emitido raíces propias procederemos a separarlo de la planta madre.
Caso práctico: acodo en higuera (ficus carica)
Realizamos éste primer acodo aéreo en bonsai sobre una rama de 4 cm. aproximadamente de diámetro, a mediados del mes de Junio, sobre una rama de higuera breval de la que hemos seleccionado una salida de ramas interesantes para el diseño del futuro bonsai. A escasos centímetros de la salida inferior de éstas ramas cortamos un anillo de corteza de la higuera equivalente al menos al grosor de la rama sobre la que estamos efectuando el acodo, en nuestro caso 4 cm.
Aplicamos hormonas enraizantes sobre el corte efectuado con el fin de favorecer la emisión de nuevas raíces, aunque éste punto no es del todo imprescindible. Cubrimos la zona con un recipiente o maceta de plástico para darle consistencia al acodo y lo rellenamos con sustrato; turba, fibra de coco, musgo esfagno o similar, con alto poder de retención de humedad en cualquier caso.
Envolvemos éste contenedor con plástico negro para evitar que penetre la luz y lo envolvemos fuertemente a la rama con cinta adhesiva. En sucesivos días iremos regando regularmente el acodo, que debe mantenerse permanentemente húmedo. La frecuencia de los riegos dependerá de lo calurosos de sean éstos primeros días de verano.
Separación del acodo aéreo
En menos de tres meses las raíces se habrán desarrollado por todo el interior del plástico, presentando éste aspecto. Es momento de separa el acodo de la planta madre cortando por debajo del mismo, y reducimos un 10% el volumen de hojas de la ramificación superior del acodo, para limitar el exceso de evaporación de humedad durante éstos primeros días de primeros de Septiembre.
Plantamos el cepellón de raíces, sin cortarlas ni trabajarlas directamente en una maceta de plástico de mayor tamaño con turba para que sigan creciendo y el nuevo árbol no tenga ningún problema. Cuando sea la época adecuada, procederemos a trabajar convenientemente ésta raíces. Ahora nos interesa la supervivencia de la nueva planta.
Lo ubicaremos en la sombra o en un lugar resguardado del sol directo, posibles insolaciones o deshidrataciones. Tampoco podaremos la ramificación superior por aparatosa que parezca ahora. No es el momento propicio. A finales de otoño, cuando caiga la hoja recortaremos los brotes tan largos que tenemos (para favorecer la ramificación y brotación inferior) y hasta el inicio de la próxima primavera no realizaremos podas drásticas, que originarán heridas grandes imposibles de cerrar en éste momento.
Caso práctico: acodo en pinos según Tersio Liftenegger
Con el fin de acelerar el proceso de producción de bonsáis, y después de distintos intentos con diversos resultados la realización de acodos aéreos en pinos nos proporciona la oportunidad de obtener árboles de porte aceptable de forma rápida en comparación con los años de cultivo que conlleva sacar adecante un bonsái de pino a partir de semillas o almácigos.
En el siguiente caso se eliminan secciones de corteza en forma de pequeñas ventanas en vez de cortar todo un anillo de corteza y cambium, siendo la duración del proceso de emisión de raíces de entre 9 meses y un año.
Fotos: Tersio Liftenegger
Para intentar asegurar el éxito del acodo se rodeará el área del corte con una pasta de especialmente preparada a base de tosca en polvo y arenisca granítica con hormona líquida de enraizamiento. Dicha pasta debe tener consistencia pastosa para una mejor adherencia según la técnica ya utilizada en su día por el Maestro Sadao Kawaguchi para acodar especies caducas de hoja ancha (latifoliadas) en su práctica de multiplicación de ejemplares por acodo.
También ayudará en el proceso de emisión de nuevas raíces la aplicación de hormonas enraizantes líquidas añádidas a posteriori sobre el sustrato del acodo.
Recordemos que cuanto mas grueso sea el tronco a acodar mayor será el tiempo que tardará en sacar abundante raiz, por tal motivo puede ser necesario dejarlo desarrollarse incluso una temporada más.