abono para bonsái

Abonado del bonsái en verano

En innumerables ocasiones habrás escuchado o leído que en verano no es recomendable abonar pues el crecimiento del árbol bonsái se para  y por tanto de poco sirve fertilizar nuestros árboles, pues no aprovecharán dicho abono.

Pero esta regla general tiene sus excepciones y condicionantes y ahora citaremos algunas de tales circunstancias que hacen útil y recomendable seguir abonando incluso en verano:

  • Si se trata de árbol joven, un prebonsái o árbol en formación al que queremos ver engrosar el tronco lo más rápidamente posible. Son árboles en desarrollo con un tamaño de tronco o ramas primarias que aún no es el deseado y a los cuales queremos un propiciar un desarrollo vigoroso ( y rápido a ser posible). Y aunque con las altas temperaturas veraniegas el crecimiento vegetativo se ralentiza, tampoco es muy cierto que se pare completamente y por tanto no hay que desaprovechar esos días para seguir abonando y creciendo el árbol.
  • En el caso particular de las coníferas, las distintas variedades de pino precisan de un aporte extra de nutrientes para afrontar las pérdidas por la limpieza de agujas del próximo otoño.
  • El otoño es una estación que algunos años es más breve que otras con la llegada del frío temprano invernal; por tanto no hay mucho tiempo para crecer y por tanto aprovecharemos al máximo los días cálidos y largos del verano.
  • A principios de otoño se suelen celebrar muchas de las habituales exposiciones de bonsáis. Si tenemos un pino recién pinzado (mekiri de verano), este aporte extra hará posible que los nuevos crecimientos tengan el tamaño adecuado para tales eventos.

Hablemos con detenimiento de los abonos

Utilizando diferentes abonos con diferentes árboles (de la misma especies y edad como es lógico para que la comparativa tenga algún valor documental o aprobatorio) y a lo largo del año, podremos comprobar cuál resulta más eficaz para nuestros propósitos así como para aplicar en cada momento el abono indicado a la situación particular de cada árbol y su estado de desarrollo.

Tenemos abonos orgánicos y químicos, tanto sólidos como líquidos en ambos casos.

Cestas para abono, bolsitas de té rellenas de pellets, contenedores pequeños de plástico, etc… Son variados los métodos para mantener el abono sobre el sustrato, a salvo de aves, roedores y otros animales que lo cojan, lo rompan o simplemente se lo lleven.

Cualquier método es válido si consigue su objetivo: mantener el abono sobre la maceta.

Abonos de liberación lenta. Los preferibles. Su acción es contínua en el tiempo y nos permite mayor control sobre el cultivo.

Abonos foliares. Aplicamos directamente el abono líquido sobre el follaje del bonsái mediante pulverización. La planta los absorbe a través de sus estomas y epidermis.

Abonos orgánicos en polvo como harinas de semillas de algodón,  harinas de pescado o harina de huesos, con un alto porcentaje de fósforo (P).

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