Llega la primavera y aparecen varios habitantes nuevos en nuestros jardines, algunos de ellos indeseados, que afectan el desarrollo de nuestros bonsais, y por su puesto de nuestros bonsáis, en este artículo hablaremos de las plagas más comunes de la primavera.
¿Qué encontrarás aquí?
Pulgón
Son pequeños insectos chupadores que atacan los brotes nuevos de las plantas, existen varios tipos de pulgones verdes, amarillos, negros y cafés, siendo los verdes los más comunes. Generalmente los pulgones atacan a comienzos de primavera hasta finales de verano, su reproducción es bastante veloz lo que produce que en poco tiempo logren formar grandes colonias en los brotes.
El principal daño que producen es que tanto adultos como larvas se alimentan de la sabia, debilitando la planta impidiendo su desarrollo normal, además de este daño existen otros 2 daños menos directos pero igualmente peligrosos.
El primero se produce cuando al alimentarse de la sabia expulsan una sustancia azucarada que puede producir el desarrollo de un hongo negro denominado fumagina que ataca las hojas, disminuyendo la fotosíntesis y debilitando la planta.
El segundo daño y el más grave es la transmisión de virus, esto puede producir malformaciones en las hojas, clorosis, enanismos y otros daños, lamentablemente no existe cura para los virus, por lo tanto la única opción es la eliminación del ejemplar para evitar que se propague de un ejemplar a otro. El pulgón es un insecto muy pequeño pero que puede producir grandes daños, así que es muy importante saber como controlarlo.
Cómo controlar el pulgón
A comienzos de primavera cuando aparecen los primeros pulgones se debe comenzar la aplicación de productos químicos he ir repitiendo cada 15 días si la infestación es generalizada.
Se pueden aplicar productos de contacto como las Piretrinas o Clorpirifos productos químicos que al tocar al pulgón lo matan. Son productos que solo tienen efecto instantáneo y su aplicación debe ser regular. También existen productos de acción sistémica que permanecen en la planta durante un tiempo, matando los pulgones que se alimentan de ella, como el Imidacloprid y el Fenitrotion, estos productos de acción sistémica son mejores ya que duran más y solo afectan a los pulgones no a sus depredadores.
También existe un control orgánico casero muy difundido, sencillo y bastante efectivo, consiste en realizar un caldo, debes poner a hervir 2 cigarrillo en 500 ml, luego colar y aplicar el liquido a la planta afectada, aplicar cada 4-5 días hasta eliminar todos los pulgones.
Araña roja
Son pequeños ácaros de color rojizo de no más de 0,5 mm, apenas visible a simple vista, generalmente se ubican en el envés de la hoja, donde se alimentan de las células de las hojas a través de su estilete.
Aparecen generalmente en verano, muriendo al llegar el invierno por las bajas temperaturas. No se desarrollan en sectores con alta humedad o que estén en contacto con agua. Sus huevos pueden permanecer durante todo el invierno y eclosionar en la temporada siguiente.
Los veranos calurosos y secos favorecen su desarrollo, este acaro se caracteriza por formar una especie de telaraña que los recubre y disminuye la efectividad de los tratamientos. Tiene un ciclo de vida corto de unos 3 a 7 días.
El daño es muy fácil de identificar, genera unos pequeños puntitos en las hojas de color amarillo, el cual es fácil de ver a simple vista. Este daño puede ir aumentando hasta volver totalmente amarilla la hoja y producir la muerte de la hoja y progresivamente la defoliación total del árbol, también puede afectar los brotes produciendo que estos dejen de crecer o se deformen.
Control de la araña roja (tetranychus cinnabarinnus).
El control químico es bien sencillo solo se debe aplicar un acaricida, de muy fácil acceso en el mercado, cada 15 días hasta eliminar los ácaros. Si las infestaciones son comunes es conveniente aplicar aceite miscible en el invierno para eliminar los huevos que quedan latentes en la corteza.
Cochinillas
Si bien existe un insecto denominado coloquialmente escamas o conchuelas en ciertos países de Latinoamérica, generalmente se confunden con otros de similares características, por lo que genericamente denominaremos cochinillas, ya que su daño, ciclo de vida y forma de control son similares.
Son pequeños insectos de caparazón duro, generalmente de distintas tonalidades cafés y también blancas. Su daño es causado por que se alimenta de la sabia de la planta a través de un estilete, produciendo un debilitamiento general, en ocasiones produce malformaciones de los brotes nuevos. Al igual que los pulgones secretan una sustancia azucarada que es ideal para la formación de fumagina, sobre todo cuando la infestación es masiva.
Estos insectos se ubican en diferentes sectores de la planta, siempre en las partes más tiernas, ya sean tallo u hojas, suelen ubicarse en el envés de la hoja y en la unión del peciolo y el tallo, hay que buscar minuciosamente para ubicarlos, sobre todo en los primeros estadios de su ciclo, que son muy pequeñas.
Su reproducción es generalmente en verano y sus larvas son móviles y pequeñas difíciles de detectar. Generalmente las conchuelas son más grandes y globosas de colores cafés, muy comunes en olivos, las escamas son mas planas de café claro o blancas comunes en juníperos.
Control de la cochinilla
En control de estos insectos es bastante simple, solo debes aplicar aceite miscible, este aceite es muy común en el mercado y de bajo costo, el aceite impide que las escamas puedan respirar muriendo. Se debe aplicar cuando las temperaturas son bajas, ya que aplicarlo en altas temperaturas produce daños en las células de la planta, pudiendo incluso matar tu bonsai.
En la naturaleza hay un sin fin de insectos que podrían atacar nuestros bonsái, pero estos que describimos anteriormente son los más comunes, con estos consejos podrás mantener a tus bonsái sin insectos la mayoría de las ocasiones.
Mosca blanca
Son insectos pequeños succionadores de savia que se asemejan a diminutas mariposillas o pequeñas polillas blancas de un par de milímetros de longitud, muy fáciles de reconocer ya que al mover las hojas vuelan por alrededor del bonsai. Están cubiertas de un polvo ceroso que les hace tomar el color blanco lechoso y las podrás encontrar en parte inferior de las hojas donde se agrupan en colonias y se observan como lanosidades que corresponden a las colonias de ninfas.
Los primeros síntomas de su ataque se pueden observar por la pérdida de color de la planta afectada las hojas se tornan de color amarillento. Así mismo su presencia genera un debilitamiento progresivo del vegetal y la producción de mielecilla favorecerá que en ella se asienten hongos como Fumagina. También son muy fáciles de reconocer al ver los ejemplares ya que estos no se esconden y vuelan cerda de los ejemplares.
Es común verlos en bonsáis de cítricos y azaleas, entre otros.
Control de la mosca blanca
Puedes controlarla con Dimetoato, eso si es importante aplicarlo temprano por la mañana cuando los adultos estén todavía entumecidos y estén todos en la planta, si lo aplicas en la tarde no todos estarán en la planta y algunos volverán a poblar el bonsái luego. Es preciso dar por lo menos 3 tratamientos distanciados en 10 a 12 días, para dar lugar a que las larvas más resistentes evolucionen a adultos más fáciles de controlar.
Insectos barrenadores de madera
El bonsái esta tan expuesto a plagas como cualquier árbol de la naturaleza, solo gracias a los constantes cuidados que le brinda su cuidador el bonsái tiene más resistencia para enfrentar el ataque de alguna plaga que un árbol común, sin embargo siempre existe la posibilidad que un bonsái sea atacado por una plaga que al no detenerla a tiempo puede producir graves daños.
Hay una plaga que en el minuto que la detectamos ya ha producido daño por lo que nuestra reacción debe ser rápida y precisa. Hablamos de los insectos Xilófagos, estos insectos se alimentan de madera muerta o viva, por lo que pueden atacar a tu bonsái tanto como a cualquier árbol o planta.
Será muy difícil ver a simple vista al insecto que cause el daño sobre la madera, primero por que se alimentan de madera y no son visibles por el exterior de árbol, sino que dentro de la planta y segundo que en la mayoría de los casos el adulto no es el que come la madera sino su larva, por lo que aunque veamos el adulto caminando por nuestros bonsais no lo veremos comiendo madera, al no tener los conocimiento sobre estos insectos no sabremos lo peligroso que puede ser para nuestros bonsais.
La principal forma que tenemos para descubrir esta plaga a tiempo es fijarnos en el tronco o ramas del bonsái si vemos algún agujero sospechoso, lo mejor es aplicar rápidamente un insecticida, otra manera de descubrir a estos insectos es a través del aserrín que botan, cuando avanzan por el tronco van botando una mezcla de fecas y aserrín que se puede apreciar a la salida del los agujero, a veces los agujero son pequeños pero el aserrín nos ayuda a descubrirlos.
Dentro de los distinto insectos xilófagos que comúnmente atacan árboles, y en ocasiones bonsáis, debemos considerar dos ordenes, los coleóptero y los isópteros.
Los coleópteros son insectos voladores, que en su estado adulto no consumen madera, pero depositan sus huevos en las grietas de la corteza de los árboles, donde las larvas, luego de germinar, comienzan a horadar la madera mientras comen la madera y crean infinitas galerías dentro del bonsái o del árbol. También encontrar insectos como los gorgojos, curculionidos, escarabajos de madera etc.
El daño producido no salta siempre a la vista hasta que las galerías que hacen dentro de la madera se pudren y comprometen la salud del bonsái, en la fotografía inferior vemos el daño en la madera.
Los Isópteros, más conocidos como termitas, a diferencia de los coleópteros, las temitas son insectos sociables, por lo que viven en grupos, lo que las hace más voraces a la hora de atacar pero más fácil de detectar, afortunadamente no es común ver termitas atacando a bonsáis, ya que al vivir en comunidad necesitan de mucha madera para sobrevivir algo que los bonsáis no brindan. Por lo tanto no es una plaga de bonsáis. Es más bien una plaga de casas y árboles donde pueden formar grandes colonias.
Para el control de estos insectos lo mejor es utilizar productos sistémicos, los cuales son absorbidos por la planta, trasladado por el xilema y floema a todos los sectores de la planta. Entonces el insecto al consumir partes de la planta, en este caso la madera, se intoxica y muere. Lamentablemente estos productos sistémicos no son comunes y por lo general son caros.
Existe otra alternativa más común y barata, son los productos de contacto, estos productos deben entrar en contacto directo con el insecto, por lo que al aplicar el producto tenemos que lograr que el producto ingrese a las galerías donde esta la larva o atacar al adulto antes de que ponga los huevos. Existen varios productos en el mercado que sirven para controlar también insectos xilófagos como aquellos que tienen fosfuro de aluminio o cipermetrina, etc. Al utilizar estos productos de contacto se deben aplicar las dosis más seguido.
Estos insectos pueden atacar tu bonsái sigilosamente, no solo afectan el diseño, ya que una rama horadada puede morir, o crean un canal de madera muerta como lo muestra la fotografía inferior, se ve el daño producido hace 6 años por un insecto que horado la madera, aún no cicatriza totalmente.
También estos insectos pueden afectar la madera muerta, afectar tu trabajo de años sobre ella, la solución más fácil es utilizar regularmente liquido de Jin, este producto ayuda a controlar la pudrición de la madera y además del ataque de insectos que comen madera, así que ya sabes nunca dejes de aplicar polisulfuro a la madera muerta de bonsái.
Control de caracoles y babosas
A pesar de lo que creamos nuestros bonsáis también son susceptibles a los caracoles y babosas, si bien podríamos pensar que al estar en maceta nuestros bonsáis no son atacados por plagas rastreras, ya que la maceta podría hacer de barrera, a los caracoles y babosas las macetas y los bonsáis les brindan un muy buen hábitat, ya que bajo la maceta tienen oscuridad y humedad y sobre ella alimento (las hojas de nuestros bonsáis).
Esto crea un hogar ideal para ellos. Si tienes más de un bonsái y miras bajo su maceta tendrás muchas probabilidades de encontrar un caracol o babosa.
Los caracoles y las babosas son tremendamente eficaces a la hora de comerse todas las hojas que encuentran en su camino y si tu bonsái esta en su camino te aseguro que encontraras cada mañana algunas hojas mordidas.
En la mayoría de los casos la cantidad de daño no es relevante y pasa hacer algo más bien estético, en el caso del bonsái el factor estético es muy importante, nadie quiere mostrar su bonsái con hojas a medio comer.
Si bien a los caracoles no es común verlos en el día siempre, son de hábitos nocturnos, dejan un rastro de baba por donde han transitado, por lo que si tu bonsái tiene hojas mordidas pero no ves el insecto o algo que lo dañe, fíjate bien si ves rastros de babas, si lo encuentras ya sabes quien es el culpable.
Debido al ciclo biológico de los caracoles los encontramos principalmente desde primavera a otoño, puesto que invernan durante los meses de invierno. Será con el buen tiempo, sobre todo en épocas lluviosas cuando más harán notar su presencia.
Afortunadamente el control de los caracoles y babosas es muy simple y efectivo, además las técnicas ecológicas o mecánicas son muy efectivas, evitando que tengas que usar químicos en su control, permitiendo que el control de los caracoles y babosas sea mucho más amigable con nuestros bonsáis.
La primera de las técnicas, la más simple, es usar nuestras manos, claro no solo podemos hacer bonsái con ellas, podemos sacar a los caracoles con la mano y dejarlos en algún lugar muy lejos de tu casa o donde tu estimes conveniente. Puede parecer una técnica tediosa pero si tienes pocos caracoles y babosas será muy efectiva y solo tendrás que hacerla un par de veces, hasta que ya no encuentres más.
Ahora bien si la cantidad de caracoles y babosas es un poco más grande, no podrías sacarlo con las manos, en este caso puedes poner alrededor de las macetas de bonsái cenizas o cascaras de huevos molidas, otra opción es poner cerca de tus bonsáis platos hondos con cerveza, a los caracoles les encantan la cerveza.
Ahora si tus problemas con los caracoles y babosas son realmente serios y tiene el patio y tus bonsáis tapizados en caracoles y babosas puedes aplicar químicos para su control, generalmente son pequeñas bolitas de colores llamativos, estas bolitas son consumidas por los caracoles lo que les provoca su muerte. Estas bolitas se pueden poner sobre el sustrato del bonsái, pero siempre es mejor ponerlas alrededor de las macetas.
Como pueden apreciar los caracoles y las babosas no son plagas de mucha preocupación para un bonsaista, ya que su daño no es grave y la solución es bastante simple, pero a pesar de lo anterior recuerden siempre estar atentos a sus bonsái y asegurarse que ninguna plaga le esté afectando, aunque sea levemente.
Hongos: oidio y fumagina
En la naturaleza existen varios tipos de hongos que pueden afectar tu bonsái, pero la verdad es que no son tan comunes, ya que generalmente los bonsáis son plantas muy bien cuidadas y nutridas, por lo que es difícil que algún hongo logre afectarlos.
Pero estos hongos que vamos hablar tienen mucho influencia de arboles del entorno, muchos de nosotros no podemos controlar lo que le sucede a los arboles que rodean nuestros bonsáis. Estos arboles pueden crear condiciones para que se reproduzcan estos hongos y afecten a nuestros bonsáis.
El primero hongo del cual hablaremos es el Oídio (uncinula necator), muy común en los jardines, su hospedero favorito son las rozas, en bonsái es común en los Acer y buganvilias.
Este es un Hongo blanco muy fácil de detectar, aparece en la superficies de las hoja, flores o frutos (aunque principalmente en hojas) generalmente a comienzos de primavera y el hongo puede estar presente durante todo el ciclo de la hoja. Infesta plantas que están expuesta a una mala ventilación y humedad, es por esto que si tienes tus bonsáis en sectores muy húmedos, debes estar más atento.
Las esporas del hongo son transportadas por el viento y al caer en una hoja germinan introduciendo pequeñas raicillas que permiten al hongo alimentarse de la planta.
Esta manera de reproducirse implica que arboles cercanos, como los del vecino, que estén infectados pueden incrementar la posibilidad de la incidencia de este hongo.
El daño que produce este hongo se centra en las hojas, estas hojas infectadas con el tiempo se tornan amarillas y se secan, frutos y flores se marchitan prematuramente. En caso que la infestación sea más amplia y afecta varia hojas están se marchitan y caen, y el hongo afectará los nuevos brotes, produciendo finalmente la muerte del bonsái.
Es un hongo muy difícil de erradicar una ves que aparece en las hojas, por lo tanto es recomendable hacer aplicaciones preventivas de azufre al comienzo de primavera, sobre todo si es una primavera o un lugar húmedo.
Es bueno no exagerar si el hongo nunca ha atacado tus bonsái no es necesario aplicar preventivamente, pero si ves el hongo en algunos arboles de tu casa o sus alrededores, en ese caso es necesario aplicar preventivamente. Si el hongo aparece en alguna de las hojas de tu bonsái lo mejor es eliminar esas hojas y aplicar algún tratamiento fungicida de control, así evitas que el hongo infeste nuevas hojas del bonsái.
El hongo fumagina
Nuestro segundo hongo es la Fumagina, la fumagina es una consecuencia de una plaga, por lo que en este caso no tacamos solo el hongo.
Esta enfermedad es producida por diferentes especies de hongos que se reproducen superficialmente en la superficie de las hojas y tallos, formando una película de color negro.
La formación de este hongo se produce por la secreción de una sustancia azucarada que está asociada a la presencia de cochinillas, conchuelas, pulgones o mosca blanca en la misma planta o en plantas que se ubiquen por encima de la afectada, esta sustancia es perfecta para el desarrollo y reproducción de estos hongos.
Como ven es un hongo que se forma como consecuencia de la presencia de una plaga, por lo que mantener el entorno de nuestros bonsáis libre de ellas podremos asegurarnos que nunca afecte nuestros árboles.
El principal daño que produce esta enfermedad es que al cubrir la superficie de la hoja evita que el árbol realice fotosíntesis debilitando el árbol y produciendo brotaciones muy débiles y escasas. Afortunadamente el daño es reversible, ya que al eliminar el hongo las hojas recuperan su capacidad fotosintética y el árbol recupera su salud.
El control de esta enfermedad consiste en 2 etapas, la primera consiste en eliminar la plaga (cochinillas, pulgones o mosca blanca) con algún insecticida idealmente sistémico (aquellos insecticida que son absorbidos por las plantas y luego el insecto al alimentarse de la planta muere), eliminando los insectos podrás eliminar la mielecilla que actúa como caldo de cultivo del hongo.
La segunda etapa solo se debe realizar una ves totalmente eliminada la plaga causante de la fumagina, se puede aplicar algún fungicida como azufre u otro para eliminar los hongos que permanecen en las hojas, este hongo solo vive en la mielecilla por lo que si uno limpia el hongo con un paño de la hoja verán que esta permanece intacta.
Como dijimos antes estos hongos no son los únicos que pueden afectar tus bonsái pero son hongos bastantes comunes y su solución no es compleja.
Recuerda que la mejor manera de prevenir plagas y enfermedades en tus bonsáis es que el entorno donde permanecen tus arboles también estén libres de plagas, así disminuyes considerablemente el riego de infección.