guia cuidados bonsai pino

Guía de cuidados del bonsái pino

Unas palabras previas

Siempre se ha dicho y comentado que los pinos, y las coníferas por extensión, son las especies menos aconsejables para un aficionado que se inicia en el mundo del bonsái y sí,  esto en parte es cierto, tanto para el pinzado primaveral como para el transplante anual, son un tanto particulares. Pero  una vez que se les coge el punto, el cultivo y formación de un bonsai de pino está lleno de gratificantes momentos;  podéis creerlo !

Su resistencia a la sequía, a los trabajos de poda, alambrado, torsiones severas  de la mayoría de las variedades del género pinus, así como su facilidad para asumir prácticamente cualquier estilo de diseño hacen de las coníferas uno de los árboles preferidos por los profesionales más reconocidos dentro de éste arte. Basta recordar obras maestras de maestros como Kimura o Kabasabi  y sus fantásticos trabajos sobre juníperos y pinos.

No en vano, la imagen arquetípica más asociada por antonomasia a un bonsai es la de un pino.

Y desmitificando un poco esa dificultad de cultivo que aducíamos al principio, lo cierto es que sus necesidades son mínimas en comparación con otras especies de bonsáis,  y rápidamente serán asumibles por su cuidador una vez que seamos conscientes del árbol con el que trabajamos, de sus particularidades.

Las múltiples tonalidades de verdes que vemos en las distintas especies de pino,  en sus hojas perennes durante todo el año, su vigor de crecimiento, su dureza y rusticidad y otras muchas cualidades hacen fácil enamorarse de los pinos como bonsáis. La atención adicional que nos exige su cultivo y formación será rápidamente compensada con resultados espectaculares.

Aunque ésta variedad arbórea crece en numerosos tipos distintos de clima, dependiendo de la especie de que se trate reclamará cuidados específicos al clima de la zona donde se estén cultivando.

Sirva éste artículo como una mera introducción general al cuidado de los pinos como bonsái.

Crecimiento natural de los pinos

En el pino se distinguen distintas zonas de crecimiento en función de la fuerza de las mismas. Como regla general crecen hacia arriba buscando luz durante los primeros estadios de crecimiento.

En la etapa adulta distribuyen más fuerza horizontalmente para aumentar la longitud de sus ramas. A nivel de la rama hay una diferencia significativa de fuerza entre el exterior  y el interior de la misma. Obviamente la parte externa recibe más luz y aireación que las internas, debilitadas por la sombra del resto de ramas superiores.

Al aumentar ésta diferencia de vitalidad en una misma rama también contribuye el patrón de crecimiento natural de los pinos, que favorece el crecimiento en el ápice del árbol y las puntas de las ramas sobre el resto del árbol.

Cuánto mayor es la fuerza de una rama mayor será su capacidad para realizar la función fotosintética y producir energía, en detrimento de otras zonas débiles, menos importantes para el árbol y que acabarán secándose.

Este proceso natural tendente a concentrar la mayor energía en las zonas más fuertes en bonsái se debe corregir para equilibrar todas las zonas del pino tanto en fuerza como crecimiento.

guia cuidados bonsai pino
Photo: National Bonsai & Penjing Museum

Iluminación

A pleno sol. La sombra o semi sombra provocará que las agujas (acículas) del pino se alarguen indebidamente. La irradiación solar mantendrá reducido el tamaño de dichas hojas.  Necesita sentir el paso de las estaciones y recibir el frío invernal para despertar sus yemas en primavera con todo su vigor.
En invierno pueden superar temperaturas inferiores a 0º centígrados dependiendo de la especie, aunque no está demás protegerlos de los vientos helados. 

Riego

El exceso de humedad no está aconsejado para los pinos. Será conveniente dejar secar el sustrato entre riegos. Durante las épocas de crecimiento del árbol un exceso de irrigación favorecerá el alargamiento excesivo del tamaño de las agujas.

Especies como el pino negro japonés son especialmente sensibles al exceso de humedad en las raíces, por lo que nos aseguraremos que el sustrato empleado sea convenientemente drenante para evitar la putrefacción de las mismas.

Aunque pinos mugo y pinos sylvestris pueden tolerar mucha agua, nunca es bueno dejarlos demasiado húmedos durante demasiado tiempo. Cuando en invierno llueve durante días y días, es aconsejable inclinar la maceta hacia un lado con una pieza de madera debajo de uno de los lados para que el exceso de agua pueda salir.

Aún mejor: ponerlos bajo algún refugio o cubrirlos con una lámina de plástico temporalmente. Además, se debería quitar todas las bolas de abono de la superficie del sustrato cuando llueve continuadamente, para evitar posibles quemaduras en las raíces.

Abonado

En el caso del abonado de los pinos es importante analizar cuidadosamente cómo reaccionan al abono aplicado.

Al inicio de la primavera comenzaremos con un fertilizante foliar muy suave. Cuando la temperatura aumente se podrá abonar con un líquido soluble en agua. A diferencia de fertilizante sólido que sólo es útil si la temperatura del suelo es superior a los 17 ºC, este fertilizante líquido se puede aplicar a los árboles  incluso a temperaturas más bajas (pero sólo temporalmente).

bonsai juniperus procumbens
juniperus procumbens

Los abonos líquidos o químicos disparan el tamaño de las acículas u hojas del pino. El humus de lombriz puede ser una alternativa  a los abonos orgánicos de liberación lenta, pero su uso excesivo puede acabar apelmazando el sustrato y reduciendo la permeabilidad del mismo.

Comenzaremos la fertilización del bonsái ya entrada la primavera con la aplicación de un abono orgánico de liberación lenta NPK pobre en nitrógeno para que no se dispare el alargamiento de los brotes. Los pellets de Biogold estarían aconsejados en ésta etapa.

Cuando los nuevos brotes comienzan a hincharse, la aplicación de abono la suspenderemos hasta que las nuevas agujas ya estén desarrolladas (de un color verde intenso). Con ello lograremos un tamaño de agua reducido. Dicha interrupción en el abonado estacional no la realizaremos si estamos aplicando al árbol un período de engrosamiento y crecimiento general del mismo.

Durante la etapa más calurosa del verano se retirará el abono y se volverá a aplicar a finales de verano, cuando los pinos empiezan su segunda temporada de crecimiento. Las raíces, sobre todo, crecerán mucho durante este período. Ahora es también un buen momento para recuperar o replantar pinos; sólo tienen que ser protegidos de sol directo durante un par de semanas.

En el otoño reanudaremos el abonado para aumentar las reservas de energía y nutrientes de la planta cara al próximo año, pues dependiendo de la robustez y fortaleza del bonsái a finales de otoño así tendremos en la primavera siguiente una fuerte brotación. Abonaremos varias veces con fertilizante (PK) libre de nitrógeno.

Sustratos

El sustrato utilizado para los pinos debe ser ante todo buen drenante. Como hemos indicado anteriormente, el exceso de humedad es el peor enemigo para las raíces del pino. En nuestro sustrato no debe faltar la arena, la corteza de pino (para favorecer el desarrollo de micorrizas (hongos localizados en las raíces que ayudan al pino a absorber los nutrientes y el agua que precisa éste) y la akadama, sobre todo en climas templados donde  la humedad del aire sea relevante.

Es recomendable una mezcla de akadama, Kiryu y piedra volcánica o similar. En el caso concreto del pino mugo añadir más piedra volcánica a la  mezcla, para una mayor porosidad que ésta especie precisa.

También es importante añadir mantillo de pino para promover el crecimiento de los hongos micorrícicos citados, que todos los pinos necesitan para su supervivencia.

En climas más calurosos donde el sustrato se seca rápidamente se deberá ajustar la composición del mismo con mezclas que retengan más humedad si no puede regarlos todos los días, incluso varias veces al día durante la época de mayor calor.

De todas formas son los aficionados los que con la experiencia del cultivo año tras año mejor conoce las mezclas de sustratos idóneas para su clima y sus particulares condiciones de cultivo.

El trasplante

Como regla general no es necesario trasplantar los pinos con demasiado frecuencia. En ejemplares jóvenes en crecimiento podremos realizar el trasplante cada dos años mientras que en bonsáis adultos ya desarrollados pueden pasar hasta cuatro entre un trasplante y otro, siempre y cuando el sustrato sea de calidad.

El estado de degradación del  sustrato nos servirá de indicador para saber cuándo es necesario volver a trasplantar.

Tras el trasplante, que realizaremos al comienzo de la primavera, antes del despertar del letargo invernal,  y consiguiente poda de raíces,  durante el primer año posterior las raíces del pino se desarrollan lentamente. Durante el segundo año aumenta el ritmo de crecimiento de las mismas así como en el tercer año que es todavía mayor.

 Para el cuarto año nos plantearemos renovar el sustrato y recortar las raíces para favorecer el desarrollo de nuevas y más finas.

La inoculación con micorrizas: Siempre se debe mezclar una porción de su medio viejo suelo en la nueva mezcla, este viejo suelo está lleno de importantes hongos micorrícicos que el pino necesita para sobrevivir. El sustrato viejo no se puede eliminar completamente.

Lo que hay que podar durante el trasplante. Las raíces largas y gruesas son inútiles y deben cortar en el punto donde éstas son  absorbentes y  sanas (amarillo / punta blanca). De esta manera también se redirige el flujo de energía y el árbol va a reaccionar al hacer crecer el número raíces alimentadoras finas, al igual que cortar una rama promueve el desarrollo de las pequeñas ramitas.

guia cuidados bonsai pino
Photo: Sage Ross

En términos generales pondremos especial atención en el estado general del árbol. Si su ritmo de crecimiento es ínfimo quizás tengamos un problema con las raíces y la salud de éstas. Para solventarlo renovaremos el sustrato.

El riego después del trasplante debe ser cauteloso, así pues espaciaremos los riegos. La pulverización de su bonsái de pino después del trasplante siempre resultará útil para la recuperación de la hidratación y la supervivencia del mismo. No aplicar la fertilización hasta que veamos que ha superado feacientemente el transplante.

Finalmente hay que recordar que tras un trasplante el árbol rejuvenece, reacciona aumentando el crecimiento de las raíces, su vigor  y por tanto habrá más nuevas velas fuertes. Así, el ciclo de equilibrar la energía del árbol mediante sucesivos pinzados comienza de nuevo.

Como apunte final mencionar que los pinos prefieren macetas de cierta profundidad donde establecer cómodamente su sistema radicular.

Poda y pinzado

Realizaremos podas significativas durante las etapas de reposo del bonsái, en invierno principalmente las podas drásticas, para evitar  la pérdida de savia y el debilitamiento innecesario de la planta.

Es aconsejable dejar un pequeño muñón en el corte para que éste se seque naturalmente durante los meses siguientes. El árbol reconducirá la savia a las zonas vivas del bonsái y tendremos ocasión de crear un jin o madera muerta dentro del diseño general del bonsái. No olvidar sellar las heridas con algún producto protector.

Realizaremos podas significativas durante las etapas de reposo del bonsái, en invierno principalmente las podas drásticas, para evitar  la pérdida de savia y el debilitamiento innecesario de la planta.

Es aconsejable dejar un pequeño muñón en el corte para que éste se seque naturalmente durante los meses siguientes. El árbol reconducirá la savia a las zonas vivas del bonsái y tendremos ocasión de crear un jin o madera muerta dentro del diseño general del bonsái. No olvidar sellar las heridas con algún producto protector

Tenemos dos tipos de pinzado posibles durante el crecimiento del pino bonsái.

El pinzado de las velas cuándo estas se desarrollan en primavera y el pinzado de la segunda brotación además de la eliminación de las agujas viejas durante el verano o el otoño. Debido al fuerte crecimiento apical de la especie eliminaremos las acículas de los tallos superiores dejando 2 pares de hojas y en los inferiores  4 pares de hojas, para repartir el vigor de la planta, tras el metsumi.

 

Pinzado de primavera en pino negro japonés

La reducción gradual del tamaño de las acículas se verá favorecida con técnicas como la del metsumi  y  un cultivo adecuado (abonos orgánicos sólidos de liberación lenta, sustratos bien aireados,  riegos espaciados, etc.) .

Así pues el pinzado de los brotes del pino tiene varias finalidades:

  •  Acortar la longitud de las ramas para ceñirlas al diseño previsto.
  • Conseguir que aparezcan nuevos brotes traseros.
  • La disminución progresiva del tamaño de las hojas o acículas.

Aunque los pinos son árboles perennifolios,  hay cierta cantidad de agujas que anualmente son desechadas paulatinamente por la planta y sustituidas por otras  nuevas.

Dependiendo de la especie la aguja vieja tarda más o menos tiempo en ser renovada.Así por ejemplo en el pino albar (pinus sylvestris) tarda 3 ó 4 años, el pino carrasco 2-3 años o el pino negro japonés o el pinus pentaphylla tardan entre 2-4 años.

La renovación se produce del interior hacia el exterior de la rama, siendo las agujas traseras las más añejas mientra que las próximas al ápice son las más recientes.

Como ya sabemos, los pinos no brotan de donde no hay acículas (salvo en excepcionales ocasiones). Por tanto si queremos retroceder la brotación a localizaciónes más traseras hemos de pinzar la nueva brotación de los extremos de las ramas para que brote de las yemas latentes presentes en las axilas de la hoja vieja de otros años situada más atras.

Es el momento de aplicar las técnicas del metsumi y mekiri para conseguir ésta nueva ramificación secundaria.

Alambrado

La época indicada para el alambrado es el invierno, pues no hay crecimiento ni peligro de que las ramas engorden y acaben con marcas del alambre. También evitaremos al hacerlo en invierno romper  los frágiles y tiernos brotes  desarrollados en otoño.

Aunque también podemos alambrar en verano, prestaremos especial cuidado a la evolución de las ramas y su posible engrose en otoño que originara marcas por alambre, enormemente difíciles de corregir a posteriori.
Asegúrese de revisar los alambres con frecuencia, especialmente en árboles jóvenes  que crecen rápidamente.

En pinos de dos de agujas se puede alambrar las puntas de las ramas en horizontal porque el árbol es lo suficientemente fuerte como para forzar el crecimiento de los brotes nuevos en posición vertical.

Reproducción

Si se utilizan semillas de años anteriores para la siembra, es aconsejable someterlas previamente a un período de estratificación fría, de entre 1 a 3 meses a temperaturas entre 0ºC y 4ºC. Resulta más difícil reproducirlos por esquejes,  pero a cambio se obtiene ejemplares de cierto grosor y troncos sinuosos.

Enfermedades y plagas

Las coníferas son bastante duras respecto al ataque de plagas y enfermedades, no obstante es posible encontrar ocasionalmente con alguna plaga de cochinillas, orugas o arañas y otros insectos. Detectarlas a tiempo y aplicar la solución adecuada eliminará el problema.plagas del pino bonsai

  • Cochinilla algodonosa: de color blando asemejan pequeñas bolas de algodón localizadas en las axilas de agujas y brotes.
  • Cochinilla lapilla (Leucapsis): más resistente que la anterior a la acción de los productos fitosanitarios. Absorben la sabia de las hojas a la vez que inyectan saliva dentro cambiando la coloración de las mismas o la muerte de éstas hojas si el ataque es continuo. Se recomienda la aplicación de un insecticida organofosfatado (clorpirifos 48%). Un cultivo adecuado ( con mucho sol, sustrato de calidad, aclarados y pinzados, et..)  contribuye a su erradicación.
  • Procesionaria del pino: (Thaumetopoea pityocampa) habitual de los pinares mediterráneos, esta oruga de lepidóptero  comedora de agujas de pino es conocida por los pelos urticantes de su cuerpo y los efectos alérgicos que puede producir en personas y animales.
  • Oruga de librea (Malacosoma Neustria), otra larva que devora gran cantidad de agujas de los pinos.
  • Barrenillo (Blastophagus), coleóptero que en estado adulto ataca a los brotes verdes y como oruga mina la corteza de ramas y tronco excavando galerías características en la madera, debilitando el árbol y causando daños irreparables en muchos casos.
  • Perforador (Evetria buoliana), larva de mariposa que ataca principalmente a la yema apical y brotes primarios, deformándolos e incluso secándolos.
  • Amarronamiento de las coníferas. El típico amarronamiento que puede aparecer en las puntas de las ramas de las coníferas y que acaba en desecación de la misma, tiene su origen en varias causas. La más común es el pernicioso encharcamiento del sustrato por mal drenaje del mismo o exceso a la hora de regar. El agua ocupa los espacios en los que debería haber aire para poder oxigenarse las raíces. A menos oxígeno más dióxido de carbono en el sistema radicular, lo que dificulta la absorción de agua y nutrientes de las membranas de las raíces y en consecuencia el follaje comienza a amarillear inicialmente para posteriormente secarse.
  • Ataques de hongos. El hongo Seiridium cardinale  al igual que otros patógenos como el Oomiceto (microorganismo – Phytophthora cinnamomi) aprovechan estados de debilidad de la planta para atacarlas, extender sus esporas y secar ramas rápidamente, las cuales son irrecuperables no pudiendo hacer otra cosa que cortarlas. Un tratamiento fungicida adecuado durante la primavera y el verano que permitirá prevenir y curar este tipo de ataques en nuestras coníferas.
  • Banda roja (Dothistroma).Hongo que afecta principalmente a las agujas superiores del pino, provocando defoliación, reducción de crecimiento e incluso en los ataques más graves la muerte del árbol. Aparece en ambientes demasiado húmedos y calurosos, como al inicio de la primavera y se distingue fácilmente por las características puntas marrones que adquieren las hojas. Se combate con oxicloruro de cobre, un fitosanitario que aplicaremos a todos nuestros pinos en un mismo tratamiento, afectados o no.
  • Phomopsis en coníferas. Patógeno cuyos efectos muy frecuentemente se confunden con el amarronamiento, pues la sintomatología es muy similar; ramas generalmente de las copas que amarillean y se secan. Si no se actúa pronto el hongo progresará hacia el tronco, creando chancros o abultamientos latentes y ocasionando la muerte de ramas si no de todo el árbol en casos graves. La forma de dispersión es a través de heridas y cortes producidos en el árbol.

Para su tratamiento está indicado la mezcla de Mancozeb, Ciproconazol y Tebuconazol como los más eficaces para luchar contra esta patología y otros fitopatógenos similares como phoma, diplodia y kebatina. Como tratamiento preventivo utilizaremos el oxicloruro de cobre de aplicación en otoño.

Demostración práctica poda inicial bonsai pino

En este vídeo asistimos a una demostración de una poda inicial de pino negro japonés desarrollado en maceta de cultivo, sólo con el fin de iniciar el diseño del mismo. Partimos con la creación de un jin (madera muerta) y la forma de dejar una rama de sacrificio para aumentar el grosor del tronco en un prebonsái de menor tamaño.

Variedades de bonsáis de coníferas

Especies de coníferas hay muchas. De hecho dentro de ésta familia encontramos otros géneros como pinos, araucarias, podocarpos, sequoias, cipreses, juníperos, etc., que engloban centenares de especies arbóreas, de las que recogemos a continuación algunas de las más populares para su cultivo como bonsái.

  • Pino Negro (pinus mugo, var uncinata)
  • Pino laricio (pinus nigra)
  • Pino albar (pinus sylvestris)
  • Pino carrasco (pinus halepensis)
  • Pino piñonero (pinus pinea)
  • Pino negro japonés (pinus thunbergii)
  • Pino blanco japonés (pinus phentaphylla)
  • Pino rojo japonés (pinus densiflora)
  • Pino azul (juníperus procumbens nana)
  • Cedro japonés (criptomeria japónica)
  • Ciprés de Lambert (cupressus macrocarpa)
  • Ciprés de Arizona (cupressus arizonica glauca)
  • Tuya de Canadá (thuja occidentalis)
  • Enebro (juniperus communis)
  • Sabina rastrera (juniperus sabina)
  • Sabina albar (juniperus thurifera)
  • Enebro rojo (juniperus oxycedrus)
  • Sabina negra (juniperus phoenicea)
  • Sabina canaria (juniperus turbinata)
  • Enebro chino (juniperus chinensis)
  • Cedro del Atlas (cedrus atlantica)
  • Tejo común (taxus baccata)

Otras coníferas menos utilizadas en bonsai pero igualmente interesantes para su cultivo como tales las citamos ahora.

  • Ciprés de Leilan (cupressocyparis leylandii)
  • Cedro (cedrus deodara)
  • Enebro azul (juniperus squamata blue)
  • Enebro rastrero (juniperus communis)
  • Picea común (picea excelsa)
  • Picea glauca cónica
  • Pino insigne (pinus radiata)
  • Pino rodeno (pinus pinaster)
  • Tuya de china (thuja orientalis aurea nana)
  • Ciprés común (cupressus sempervirens)
  • Pino chileno (araucaria araucana)
  • Abeto azul (picea pungens)

Preguntas frecuentes sobre los cuidados del bonsái pino

A la hora de iniciarse en el cultivo de un bonsái de pino tenemos varias opciones: partir de semilla o adquirir algún plantón de vivero de 1 ó 2 años sobre el que empezar a realizar los primeros trabajos de diseño. La primera opción resulta altamente gratificante para algunos aficionados pues permite guiar la vida del árbol desde cero . Para los que no tienen tanta paciencia adquirir un árbol de vivero es la forma más directa de ver los primeros resultados de nuestro trabajo en poco tiempo.

Acabo de comprar un pino de vivero. ¿Debo trasplantarlo inmediatamente?

cuidados bonsai pino
Pinus pinea

Al adquirir un plantón de vivero el sustrato que trae no es el adecuado para su cultivo como bonsái, pero realizar un trasplante fuera de fechas puede resultar contraproducente y más en una especie tan particular como los pinos en cuanto a trasplante y poda de raíces. Lo más prudente es esperar a finales de invierno para cambiar el sustrato de origen por akadama y kiryuzuna u otros alternativos (arena de río, humus de lombriz, vermiculita, etc..). Mientras podemos realizar otros trabajos como eliminación de ramas innecesarias, primer alambrado de la ramificación primaria o limpieza de acículas.

Algunas ramas del pino comienzan a secarse ¿qué puedo hacer?

Al poco tiempo de adquirir un plantón de pino observamos que comienzan a volverse marrones algunas ramas o secarsecuidados bonsai pino directamente, mientra otras permanecen verdes. Aumentar el riego no es la solución y es más que posible que sea el origen del problema.  En un altísimo porcentaje de casos es el encharcamiento de las raíces lo que produce el desecamiento parcial de éstas ramas. Un sustrato poco poroso y mal drenante ocasiona que el agua ocupe los poros que debería ocupar el aire y las raíces se ahogan por falta de oxígeno. No pueden absorber nutrientes y el follaje comienza a amarillear. Ante ésta situación de debilidad hay que añadir el ataque oportunista de agentes patógenos y hongos aprovechan la ocasión para debilitar más aún a la planta.

La solución pasa por controlar el riego, solucionar el problema de falta de aireación del sustrato mejorando su textura y porosidad. Realizar entrecavas para airear el sustrato o aplicar abonos foliares asimilables a través del follaje para un reverdecimiento rápido. La aplicación de un fungicida curativo y/o preventivo también está indicada.

¿Con qué frecuencia se debe regar un bonsái pino?

Es fundamental evitar el encharcamiento de la maceta y más en los bonsáis de coníferas. Sólo se debe regar cuándo la superficie del sustrato comience a secarse siempre y cuando éste sea un sustrato de calidad.  En caso contrario éste no empapará bien, lo haga muy superficialmente dejando con falta de agua las raíces inferiores. Regaremos hasta que el agua salga con fluidez por los orificios del drenaje.

¿Se puede regar con agua del grifo?

Por lo general, el agua potable de nuestros hogares suele contener muchos aportes minerales (aguas duras) así como cloro y otros potabilizadores que a la larga pueden ocasionar ciertos problemas a nuestros árboles. Se recomienda utilizar agua de lluvia cuando esté disponible, aguas blandas o tratadas con un sistema de ósmosis inversa.

¿Se puede podar a la vez que se trasplanta?

El realizar demasiadas intervenciones  a la vez en el bonsái le pueden causar estrés y debilitarlo en exceso. Los pinos necesitan tener suficiente masa verde arriba  para favorecer el desarrollo de nuevas raíces tras un trasplante, por lo que no es aconsejable realizar ambas acciones a la vez.

La poda de ramas gruesas la realizaremos en invierno con el movimiento de savia parado. No olvidar las reglas básicas de selección de ramas:

  • cortar las que crecen directamente hacia abajo.
  • eliminar las que crecen directamente hacia arriba.
  • cortar las que salen del mismo punto (dejando sólo una)
  • las que crecen en forma de rueda de carro
  • las que crecen directamente hacia adelante

Los trasplantes se realizarán antes del inicio de la primavera cuándo las yemas comienzan a moverse. En los pinos no se elimina toda el sustrato viejo de las raíces pues perderíamos las micorrizas que contiene y que son imprescindibles para la supervivencia del árbol. Tratándose de un alvéolo o plantón de vivero aprovecharemos el primer trasplante para cortar la raíz pivotante y favorecer el desarrollo horizontal del resto de raíces.

Una vez trasplantado se colocará en un lugar protegido del frío, de las corrientes de aire y del sol directo pero siempre en el exterior. No abonar un bonsái recién trasplantado.

Las agujas del pino se vuelven amarillas en pleno verano, ¿Qué hago?

Esta es una duda frecuente entre los aficionados cuando ven amarillear las hojas de sus pinos y no saben muy bien qué hacer para evitarlo y que recuperen el color verde oscuro de siempre.
Las agujas de los pinos pueden amarillear en pleno verano.
Una de las principales causas es el aumento de la frecuencia de riego en verano. El exceso de agua o un drenaje deficiente encharcan y aumenta la podredumbre de las raíces. En casos extremos puede acabar con la vida del bonsái.

Esto se debe a que el árbol retendrá el agua por más tiempo. A mayor cantidad de riegos mayor probabilidad de que las hojas amarilleen. ¿Cómo evitarlo entonces?
Aunque resulte sorprendente lo mejor es no hacer nada, aunque estemos tentados de hacer algún trabajo para revertir al árbol a su mejor estado.
Si aplicamos más fertilizante pensando que mejorará el árbol o replantamos para intentar solucionar el problema estaremos debilitando el árbol.

Una mayor fertilización puede ocasionar efectos contraproducentes en vez de remediar el problema.
Después del pinzado de yemas o candelas primaveral, el número de brotes debe reducirse. Un exceso de abono cuando se requieren crecimientos cortos es contraproducente a la vez que puede acabar marchitando el árbol si el abono no es el adecuado.

El trasplante es el trabajo más estresante que podemos realizar al bonsái y no soluciona problemas previos que el árbol pueda tener. Hacerlo en verano, fuera de fechas, añade mayor peligrosidad al trabajo y tampoco solucionará el amarilleo de las hojas. Definitivamente es la peor opción.
Trasplante que requiere cortar muchas raíces.