En la Península Ibérica el clima que disfrutamos convierte el uso de invernaderos en un jardín ornamental en algo no demasiado extendido más allá de algunos cultivos especializados, como por ejemplo plantas tropicales, flores exóticas al estilo de las orquídeas, bonsais de especies tropicales, etc. Si nos movemos más al norte, donde los inviernos son más rigurosos, la cosa cambia.
El invernadero tiene la función básica de proteger el desarrollo de semillas, y especies delicadas, manteniendo una temperatura más o menos uniforme en épocas frias.
Mediante un invernadero podemos controlar la temperatura, la humedad, el nivel de CO2, etc., creando el microclima que más nos convenga.
Podemos emplear invernaderos frios, en los que es el sol el encargado de mantener una temperatura más elevada que en el exterior, o pueden ser invernaderos caldeados incluyendo sistemas de calefacción si las condiciones climáticas lo requieren.
Bajar la temperatura interior en ambos casos es tan sencillo como abrir respiraderos en la parte superior de forma que el aire caliente acumulado en el interior del invernader puede escapar. Incluso es factible incluir automatismos que regulen estas aberturas.
Los más sencillos quizá sean los invernaderos de ventana, pensados para colocar en el alfeizar de cualquier ventana que de al Sur. Su coste es reducido y podemos encontrarlos en gran variedad de tamaños y materiales.
Aumentando algo el tamaño nos encontramos con invernaderos que pueden colocarse sobre un ventanal o incluso sobre una pared, a nivel de suelo y a modo de prolongación, pudiendose incluso acceder a su interior y caminar cómodamente.
Se trataría de invernaderos adosados a la casa. A pesar de no recibir tanto Sol como si estuvieran aislados, cuentan con la ventaja (al igual que los invernaderos de ventana) de que el calor radiado por la casa ayudará a su mantenimiento.
Los invernaderos independientes, separados de la casa, ofrecen más posibilidades tanto de espacio como de control climático en su interior: se pueden automatizar los respiraderos, colocar calefacción, colocar sistemas para regular la humidificadores, etc. Reciben gran cantidad de Sol, pero no cuentan con el extra térmico de la casa. Un punto a tener en cuenta.
Al construir un invernadero hay que recordar un factor importante: su estructura será de vidrio o plástico, que si bien pueden ser materiales resistentes, no lo serán tanto como el ladrillo.
Es decir, si hay posibilidad de grandes nevadas se debe construir un tejado con gran pendiente, que evite que la nieve se acumule en exceso y que por tanto se corra el riesgo de que el peso de ésta aplaste el invernadero.