Se entiende bajo este concepto el modelo capaz de unir los conocimientos tradicionales con las mejoras y avances técnicos actuales en un sentido integrador de defensa del medio y colaboración con el suelo, plantas y animales, para la producción de alimentos abundantes y sanos.
Se trata de un conjunto de técnicas que no utilizan elementos o procedimientos que puedan perjudicar la fertilidad de la tierra, o producir contaminaciones para el medio, el consumidor o el agricultor.
¿Qué encontrarás aquí?
En síntesis, la agricultura ecológica, propone lo siguiente:
- La sustitución de los abonos artificiales por los orgánicos, restos de cosechas, abonos verdes, residuos de la propia granja o externos y la utilización de abonos minerales naturales (rocas molidas)
- La consideración del conjunto del suelo como un organismo vivo es esencial para la fertilidad agricola. En una agricultura convencional los microorganismos, que por millones puebalan el suelo, son los encargados de transformar la materia orgánica y los minerales en alimentos asimilabes por la planta. De esta fauna microscópica, de los insectos y las lombrices, e incluso de otros animales, depende la nutrición equilibrada y la salud del vegetal.
- Esta cadena es alterada por los abonos artificiales, caracterizados por ser directamente asimilables por la planta, por lo que los microorganismos primarios no tienen función y lugar y desaparcens. La planta depende en adelante de los apartes artificiales, iniciánose así las alteraciones del medio en elq ue el cultivo se halla y desarrolla. Los aportes sintéticos con que se nutre a la planta no logran jamás mantenerla equilibrada. Las plantas se tornan frágiles y requieren tratamientos contra enfermedades y parásitos. Se puede comparar la situación a la de una persona alimentada exclusivamente por vía intravenosa durante largo tiempo. Alterando el metabolismo, inevitablemente requerirá medicaciones y su salud no será normal.
- También propone la aplicación de técnicas culturales, especies vegetales y ciclos apropiados a cada caso como medio principal de evitar plagas y enfermedades, en lugar de los fitosanitarios y pesticidas de síntesis. En caso necesario y ante episódicas invasiones, o durante los periódos de transición, el agricultor biológico dispone de productos naturales para la protección de sus cultivos.
Entre las técnicas culturales básicas está la rotación, evitanto el monocultivo, usos ancestrales como el barbecho y realizar las labores más espaciadas y ligeras, sin el uso de arados de vertedera ni, en general, de maquinaria pesada, ni penetraciones profundas en el suelo.
En la agricultura ecológica se propone el empleo de especies autóctonas o naturalmente adaptadas apropiadas en cada zona.
La calidad como principio rector
La calidad de los productos de la agroquímica es en ocasiones inferior a la de los obtenidos mediante técnicas tradicionales o biológicas.
La pérdida de sabor suele ser lo primero que se constata. De la misma forma, los alimentos pueden haber perdido parte de sus cualidades nutritivas, lo que no puede sorprender dada la artificiosidad y desequilibrio de su producción.
La tendencia a frutos de gran tamaño y peso y aspecto uniformes, no tiene mucho que ver con la auténtica calidad.
La hipertrofia no significa salud, ni todos los gramos son alimento. Los experimentos han probado que frutos de menor tamaño, cultivados biológicamente, contienen más nutrientes que otros mayores de cultivo convencional.
Sin embargo, ello no significa que los productos biológicos hayan hayan de tener mal aspecto o ser canijos.
El acolchado del suelo
La técnica de cubrir el suelo o «mulching» como la denominan los ingleses, es sencilla y básica para nuestro jardín-huerto biológico.
Su fundamento es cubrir , proteger el suelo, mediante una capa de materiales orgánicos (paja, compost, césped cortado, virutas, etc.) que además, una vez descompuestos sirven de fertilizantes.
¿Por qué proteger el suelo?
El suelo está colonizado por seres vivos a los que hay que resguardar de las inclemencias: heladas o altas temperaturas, desecaciones, etc.
Las fuertes lluvias o los riegos mal aplicados erosionan el suelo y arrastran las pequeñas partículas de elementos fertilizantes que contienen, originando su empobrecimiento; la cubierta, por el contrario modera la caída del agua, ayudando a que sea retenida por el suelo.
En verano, las altas temperaturas resecan el suelo desnudo e inhiben la vida de los organismos que la puebalan, basta entonces con apartarlo un poco para apreciar la actividad intensa que protege, ofreciendo humedad y cobijo.
¿Cuándo y cómo ponerlo?
Su instalación puede hacerse en cualquier época del año aunque son aconsejables el otoño y primavera, preferentemente tras la aportación de los fertilizantes orgánicos y las labores de incorporación; se consigue de esta forma dos objetivos: limpiar el suelo de hierbas y favorecer el proceso de degradación de las materias orgánicas.
El material empleado puede ser muy variado como ya se ha indicado. Sin embargo, ha de tenerse en cuenta ciertas recomendaciones: evitar hierbas que tengan semillas dispuestas a germinar, o vegetación fresca que aún tenga raíces de algunas adventicias como avena loca y que podrías volver a enraizar.
El material deberá ser adecuado al suelo, al clima y, si es en primavera, a las posibilidades de riego.
En general se ha de velar por una correcta circulación del suelo y evitar la asfixia del mismo. Para ello, la cubierta se hará en una capa uniforme, de anchura proporcional al tamaño del material componente:
- Con ramas y brotes se podrá hacer una capa ancha (hasta 10 cm).
- Pajas y henos pueden llegar a una anchura de 5 cm.
- Con hierbas jóvenes la cubierta se limitará a cubrir simplemente el suelo (unos milímetros)
Otras ventajas del acolchado del suelo
La cubierta o «mulch» se descompone lentamente y sus elementos pasan a enriquecer el suelo. Según el tipo de material, al cabo de unas semanas ya no queda nada, especialmente cuando el suelo dispone de una eficaz vida microbiana.
Con el fin de aprovechar estas propiedades puede utilizarse como cubierta estiércol poco maduro y repartir por el suelo sobre la cubierta, minerales en polvo (fostatos, polvo de huesos,etc..)
El control de las malas hierbas también es un fenómeno a tener en cuenta ante una capa suficientemente espesa, donde la mayor parte son ahogadas antes de salir, y las pocas que lo hacen pueden ser arrancadas con la mano.
El suelo: un organismo viviente
No somos lo suficientemente conscientes de lo importante que es mantener y proteger la salud de los suelos de cultivo.
Ahora estamos comenzando a comprender el efecto dañino que el uso durante décadas de abonos químicos a inflingido a los suelos de cultivo.Un vídeo esclarecedor.