metsumi poda de pinos

Metsumi o pinzado de los pinos

Esta técnica se emplea para acortar el crecimiento de las ramas y favorecer la ramificación fina de las mismas.

El metsumi del pino (pinzado de los brotes nuevos de las coníferas) se realiza cuando las velas de los nuevos crecimientos se han desarrollado. Los brotes débiles o poco desarrollados no se tocarán o se pueden dejar para más adelante.
Una vez pinzado los brotes, se procede en una fase posterior, a la selección de brotes.

El metsumi o pinzado de los pinos

Dando por hecho un diseño triangular del árbol, se eliminarán más hojas (acículas) de la parte superior (para limitar su vigor) y se dejarán más acículas en la parte media o inferior del árbol, donde el vigor del árbol es menor.

Con ello intentamos equilibrar el fuerte crecimiento apical característico del pino con el resto de la ramificación. En los siguientes vídeos David Cortizas nos enseña la aplicación práctica de ésta técnica particular de los pinos.

Pinzado de los pinos

Cómo pinzar los pinos - Primera fase

Metsumi

Metsumi 2016 - Pinzado del pino

Mantenimiento

Metsumi - Cómo pinzar y ramificar pinos

Cuándo pinzar las velas

El momento en que realicemos ésta operación es crucial para los resultados futuros.  Si se eliminan demasiado pronto, cuándo la vela no se ha desarrollado completamente ocasionaremos que el brote vuelva a crecer demasiado fuerte.

Si se elimina demasiado tarde, cuando las nuevas acículas del extremo ya han aparecido y están creciendo, los nuevos brotes se desarrollarán de forma irregular.

Así pues,  el momento adecuado para el pinzado de la vela es algo estimativo que se aprende con la práctica y la observación diaria del árbol y su desarrollo pero como regla general se puede indicar que el momento adecuado será antes de que las nuevas agujas aparezcan y se desarrollen.

La eliminación de las velas se hará de forma gradual.

Primero de las ramas fuertes y superiores, las que estén en el momento de pinzado, y días más tarde las velas de ramas medias e inferiores. Las velas débiles se respetarán incluso si están en ramas fuertes.

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Tras el pinzado y puesto que estamos en plena etapa de crecimiento del bonsái, éste reacciona rápidamente emitiendo gran cantidad de nuevos brotes alrededor del brote pinzado y propiciando la aparición de otros tantos brotes latentes en partes más traseras de la rama.

Cuando los nuevos brotes tengan el vigor suficiente se puede eliminar el resto de vela pinzada hasta la base de la misma. Ésta herida será rápidamente cerrada por el crecimiento de dichos nuevos brotes.

Selección de brotes

Más tarde, cuando los nuevos brotes se hayan desarrollado lo suficiente, podemos eliminar los brotes innecesarios con cuidado de no dañar a los que sí queremos dejar para el diseño futuro.

Como norma general dejaremos dos brotes fuertes en ramas de fuerza media y dos brotes débiles y ramas fuertes.

Nuevamente estamos redistribuyendo de forma uniforme la energía de crecimiento por todas las zonas del árbol y ésta labor con el transcurso de los años será más fácil de realizar pues progresivamente necesitará menos trabajos de redistribución de la fuerza, conforme vamos consiguiendo la compactación de las ramas del bonsái.

Eliminación de brotes.  Mekiri

Como mencionábamos anteriormente en los pinos, el pinzado de los brotes primaverales provoca la salida de una segunda brotación, aunque esta es un poco desigual y anárquica.

En las zonas fuertes del árbol los brotes son muy numerosos y crecen rápidamente mientras que en las zonas más débiles encontramos menos brotes y están menos desarrollados.

De no corregir ésta tendencia el árbol acabará desequilibrándose pues las zonas fuertes se harán más fuertes y las débiles se debilitarán aún más ni no acaban secándose.

Tampoco hay que olvidar que si dejamos todos los brotes que el árbol ha generado el diseño del árbol acabará perdiéndose, pues en los extremos de las ramas sólo veremos una concentración abultada de brotes y hojas nuevas.

Por todo lo anterior, debemos eliminar el sobrante de nuevos brotes de las zonas fuertes del árbol, dejando sólo un par de ellos (preferentemente débiles) eliminando el resto que eran más fuertes. Así frenamos la fuerza en el ápice, en la zona superior del árbol y los extremos de las ramas importantes.

En las ramas inferiores  e interiores dejaremos todos los pocos brotes que hayan emergido, para aumentar la fuerza de estas zonas. En el caso de que hayan salido 4 ó 5 en estas ramas dejaremos tres de los más fuertes, al contrario de lo que hacíamos en las ramas superiores.

Esta tarea de eliminación de brotes, la realizaremos al poco de aparecer ésta segunda brotación, pues no es conveniente dejarlos crecer innecesariamente y que la planta gaste recursos en ello. En los árboles jóvenes, con gran vigor y crecimiento, este trabajo lo podemos realizar en agosto, eliminando los citados brotes sobrantes.

En árboles ya formados y maduros, con un vigor más repartido y equilibrado, se puede esperar a otoño y eliminar los brotes sobrantes que haya a la vez que se elimina la hoja vieja.

A la hora de cortar procuraremos dejar los brotes que estén en posición lateral u horizontal, eliminando los que salgan hacia abajo, crezcan hacia arriba o mal conformados.

En el ápice del árbol, aunque sea una zona de  gran fuerza de crecimiento dejaremos 3 brotes de los más pequeños, en contra de lo mencionado anteriormente. La razón es favorecer el futuro diseño.

Con 3 brotes, uno lo dejaremos para el nuevo ápice y los otros 2 los utilizaremos para sacar ramas laterales o traseras. Si dejamos sólo dos brotes la formación futura resultaría más dificultosa.

Por regla general al realizar el mekiri, los nuevos brotes surgen cerca de la zona de corte que hemos producido, pero es posible que cerca de éste punto de corte existiera previamente algún brote natural anterior casi latente, que al cortar comenzará a crecer.

Aunque por lo general estos brotes escondidos se salen del diseño preestablecido y acaban siendo eliminados pero en otras ocasiones pueden servir para sustituir temporalmente al ápice del pino si fuera necesario a posteriori.

Resumiendo y para no perdernos con tanto tecnicismo japonés:

Metsumi: pinzado de los brotes tiernos primaverales.
Mikiri: pinzado de brotes desarrollados.
Mekaki: selección de brotes no válidos para el diseño.
Hagari: corte de las acículas.

La eliminación de aguja vieja en pinos

La época más indicada para realizar ésta labor será en otoño y con ella contribuimos a equilibrar la fuerza de las distintas partes del árbol, eliminando selectivamente más o menos pares de agujas allí donde la fuerza de los brotes sea mayor o menor.

Con ello conseguimos también abrir el interior del pino al sol y una mejor aireación, con lo que la ramificación interna e inferior se beneficiaran de ello.

En los brotes fuertes podemos incluso quitar alguna hoja nueva para frenar un poco su vigor, y en los brotes más debilitados y pequeños dejaremos no sólo toda la aguja de éste año sino que incluso podemos dejar alguna vieja demás, para mantener la fuerza que tengan y que se recuperen con respecto a los primeros.

“Distinguir qué hoja es anual y cuál bianual se sencillo. Aparte del tamaño, generalmente mayor el de las primeras, hay una pequeña separación entre ambas  de una sección del tallo sin hojas.”

En cuanto a la eliminación propiamente dicha, iremos arrancando las agujas  una a una dejando las vainas en la rama (más tarde estas se secarán y caerán solas). Sosteniendo el brote con una mano nos valdremos de unas pinzas para ir arrancando las agujas y/o las vainas, tirando en la dirección a que ésta apunta.

En un brote se eliminarán las agujas que salen hacia arriba o hacia abajo, dejando preferentemente las que quedan hacia los laterales (la dirección que deseamos para los futuros brotes).

Cuándo no se deben quitar las hojas

Debemos tener presente que en aquellas zonas donde quitemos agujas y vainas, estamos quitando cualquier posibilidad de que aparezcan en el futuro nuevos brotes ni yemas, pues estas sólo salen de las axilas de las hojas.

Por lo tanto debemos tener claro qué zonas del árbol deseamos deshojar   con la intención de equilibrar el vigor de las distintas ramas y dónde queremos o no queremos nueva ramificación en la futura evolución del diseño del árbol.

Si por motivos de diseño deseamos hacer brotar el árbol por detrás, para formar una rama nueva o aumentar la ramificación secundaria, no debemos eliminar ninguna aguja, independientemente de su edad o tamaño.

¿Por qué eliminamos la hoja vieja de los pinos?

Además del mencionado efecto de permitir una mejor aireación e iluminación al interior del árbol (impidiendo con ello algo fundamental y es que los brotes internos acaben secándose), la eliminación de la hoja vieja tiene también el propósito de suprimir hojas que ya no realizan la fotosíntesis al 100% de su capacidad, como lo hacen las hojas nuevas, con lo que ayudamos a  mantener la eficiencia energética de la planta y su función más importante; la fotosíntesis.

En árboles adultos ya formados, con niveles muy próximos entre sí y follaje denso se hace imperativo eliminar parte de la hoja del árbol para permitir la iluminación interior del mismo y no perder ramas interiores que nos ha costado años llegar a formar.

Debilitar los brotes fuertes y ayudar a los brotes débiles a igualarse con los primeros es el objetivo igualmente importante de ésta supresión de masa verde. En el ápice  y ramas más fuertes quitaremos más agujas, incluso alguna nueva, que en las ramas medias e inferiores donde podemos incluso dejar parte de la aguja vieja para intentar lograr el objetivo marcado de igualar la fuerza de todos los brotes del árbol.

Esto acaba consiguiéndose con el paso de los años, con un trabajo constante de pinzado  y eliminación selectiva, apoyado en un diseño que permita a todas las zonas del árbol alcanzar la luz del sol.

En cuanto al número de hojas que debemos quitar cada año, esto depende del estado de formación del árbol y al criterio personal de cada uno. No obstante se aconseja como buena práctica comenzar por la zona media del árbol, eliminar las agujas convenientes de aquí y en función del número que hayamos quitado aquí, eliminar más hojas en el ápice y ramas superiores y menos en las ramas inferiores.

Para conseguir al final un árbol equilibrado y armonioso entre todas las partes del mismo se aconseja seguir como línea de trabajo el criterio de fijarse en las ramas inferiores como pauta para trabajar más o menos el resto del árbol.

El objetivo es dejar el mismo número aproximado de hoja en todas las partes del árbol.

A la par que eliminamos la aguja, también se puede eliminar brotes sobrantes, realizando dos trabajos en uno.

Por razones de estética hay quien se decide por acortar con las tijeras el tamaño de las agujas de mayor longitud e igualarlas con la medida de las hojas cortas.

Aparte de la controversia que tal proceder puede tener entre defensores y detractores con ello conseguiríamos  temporalmente un tamaño de hoja uniforme en todo el árbol y  frenar de forma complementaria la fuerza  de brotes con hojas demasiado largas.